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emboscada

[un ejercicio coreopoético y político de persistencia en la adversidad]

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instalación audiovisual, montevideo, abril 2021.

durante la pandemia nos paralizamos, lloramos, nos enojamos, no entendimos, nos juntamos, nos abrazamos, nos sostuvimos, nos hartamos, fuimos al bosque.

en montevideo no hubo confinamiento obligatorio, pero el miedo y los helicópteros sobrevolaron nuestras existencias y la precariedad inmanente de nuestro hacer se volvió aún más evidente y dolorosa. sabemos de incertidumbres. no sabemos de distanciamientos obligados. nuestra práctica se consuma en la carne, en la yuxtaposición de pieles, sudores, olores, respiraciones. el enemigo jamás será el otrx, o al menos no esx otrx que nos brinda amorosamente su piel como territorio de lo posible.

entonces nos arrimamos, conjuramos nuestros cuerpos [ ] hicimos algo. aceptamos el espacio teatral y arribamos a una pieza-entramado anacrónico para siete cuerpos y un palo: una conjunción de materia orgánica, memorias, deseos, prospecciones, intensidades, afectos, supervivencias. ante la inmensidad de lo incierto elegimos hacer con lo que estaba a mano, con lo que podíamos, un hacer ecológico, con economía de recursos e intenciones de ser sustentable. en la escena, el palo - significante inicial de la distancia - se convierte en artilugio. hacia el final de la pieza ese artefacto único es replicado, se conjura una hoguera, se abre una invitación a la acción [es octubre de 2020, en uruguay todavía se puede coexistir con el público en el mismo espacio].

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el 2021 nos encuentra procurando modos de hacer más urgentes, más directos. acá todavía podemos estar en la calle.

acá, también, nos hablan de libertad responsable pero nos quitan los medios para hacer nuestro trabajo. los espacios de arte se cierran, las iglesias y los shoppings se mantienen abiertos. contradicción, confusión e incertidumbre son los modos de operar de la necropolítica. juntarnos, seguir moviendo-pensando-imaginando, deseamos que sean los nuestros. sabemos que la potencia del gesto colectivo nos inyecta vitalidades para sobrevivir en la tristeza. accionar juntxs nos hace bien, esa es una de las pocas certezas que nos quedan.

con la necesidad de seguir confluyendo en prácticas amorosas que nos sustenten, proponemos una acción para ser vista a escala real - como una ventana/ portal a un hacer que es colectivo - y una coreografía en fuga al infinito que es casi un mantra. ofrecemos nuestros cuerpos como médium para aquellxs que están confinadxs. confiamos en la resonancia empática. hacemos con. hacemos a pesar de. hacemos sin demasiadas expectativas pero con convencimiento. creemos en el poder de la ficción para encender ahora el fuego de los mundos por venir.

y mientras tanto seguimos tramando nuestra existencia colectiva.

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[fuimos al bosque y el bosque era una plantación]

Instalación simultánea de 2 videos monocanal en loop. 

VIDEO 1 (proyección a escala real)

VIDEO 2 (tríptico)

[el mundo nos es hostil. no podemos pensar muy bien y nuestros músculos están entumecidos. las posibilidades de encuentro real se minimizan o censuran. estamos ante una crisis de la atención. estamos ante una crisis de la empatía. en este contexto plagado de tristezas, los momentos de confluencia son destellos y los cuerpos amigos son territorios donde recargarse y abandonarse. son el bosque].

★ esta práctica es un desprendimiento de la pieza atlas para existir, estrenada en el ciclo montevideo danza en octubre de 2020.

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